Manifiesto para la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres

En estos momentos, España es uno de los países del mundo más avanzado en materia de igualdad. Contamos con una legislación básicamente no sexista y el gobierno actual de la nación cuenta con un ejecutivo paritario, integrado por igual número de hombres que de mujeres, sin precedentes en nuestra historia.En lo que toca a nuestra comunidad, Castilla La Mancha destaca dentro del territorio nacional por poseer la mayor red de Centros destinados a la promoción de la igualdad, siendo Azuqueca de Henares uno de los municipios pioneros en la implantación de este tipo de recursos, para cuya gestión el equipo de gobierno creó en la última legislatura una concejalía propia, la Concejalía de Igualdad.Sin embargo estos avances son recientes. En poco tiempo los españoles hemos pasado de ser uno de los estereotipos mundiales de sociedad machista a formar parte de los estados punteros en la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres.La rápida evolución explica muchas de las contradicciones y de la confusión que inunda la vida cotidiana de muchas personas en nuestro país. Fuera, en el extranjero, todavía perdura la visión machista del hombre español. Aquí, en nuestros pueblos y ciudades, las dudas y las actitudes reaccionarias afectan a gentes de todas las edades, también a bastantes jóvenes.Cada vez nos encontramos con más voces que nos devuelven el peligroso mensaje de que la igualdad ya es un hecho real, que no es necesario hacer nada más. Son voces engañosas cargadas de miedo al cambio, que todavía esperan que todo esto sea una moda pasajera, un mal sueño, y se vuelva al viejo orden social, aquellos tiempos en los que no había nada que debatir y menos que negociar, porque todo el mundo sabía qué tenía que hacer un hombre y qué tenía que hacer una mujer, sin que se necesitara ningún consenso.Esta añoranza del pasado implica un refuerzo del papel tradicional de la mujer que es un lastre para llegar a la igualdad real. El problema no es que las mujeres realicen tareas como cocinar, fregar o cuidar a menores o ancianos, el problema es que esas actividades se sigan asociando exclusivamente a la mujer. El cambio de modelos, conductas, valores y roles sexistas resulta la más dura de las batallas. La lucha por la igualdad en el ámbito público cuenta con apoyos legales que no alcanzan a lo privado. Es ahí, en el ámbito doméstico, en el que las mujeres luchan a diario para deshacerse de viejos lastres que les impiden desarrollarse en plenitud; y es ahí, en las relaciones personales y la convivencia, donde los hombres ponen más resistencias y dificultades, a veces siendo conscientes de ello y otras, a fuerza de la costumbre, sin darse ni cuenta.Por ello, hoy, el Día Internacional de las Mujeres, es un buen día para recordar que la igualdad real, la de verdad, aún queda muy lejos. Su conquista no es sólo cosa de las mujeres. La construcción de la igualdad es una responsabilidad común, de mujeres y hombres de todas las edades, también de los más jóvenes. A la gente joven le queda mucho por delante para conquistar la igualdad verdadera.La juventud merece algo mejor que el antiguo orden social, merece participar en la creación de nuevos modelos de convivencia para el futuro, sin tener que recurrir a lo viejo, a lo caduco, a lo que se ha demostrado que no funciona. Pero lo que se ha logrado hasta ahora, eso, sin duda, ha sido gracias al esfuerzo de las mujeres. Esperemos que en los próximos años podamos seguir experimentando avances y que cada vez sean más los hombres que opten por la igualdad. Hoy, en este día reivindicativo a la par que festivo, con la configuración de un lazo humano queremos simbolizar que la lucha por la igualdad es un acto vivo y lleno de alegría, queremos recordar a todo el mundo que cada día es bueno para seguir adelante, trabajando por la igualdad.