Almudena Grandes vuelve a encontrarse con los lectores azudenses

Un centenar de personas participaron el 13 de noviembre en el encuentro con la escritora Almudena Grandes organizado por la Biblioteca municipal azudense, que adoptó tras su remodelación hace dos años el nombre de la autora. Grandes, que ha visitado en varias ocasiones el municipio en las últimas dos décadas para intercambiar impresiones con los lectores, aseguró que tras algunos de estas visitas incluso ha incorporado cambios en sus obras. “Cuando escribí ‘Modelo de mujer’ –desveló-, [los Clubes de Lectura de Azuqueca] leyeron el cuento ‘El vocabulario de los balcones’, que tenía un final muy abierto, pero que yo creía que era suficientemente cerrado y que se entendía. Cuando vine aquí, me regañaron y me dijeron que no estaba claro y lo tuve en cuenta. Cuando se reeditó el libro, añadí una frase al final para que quedara claro cuál era el final de la historia”.El alcalde, Pablo Bellido, calificó de “auténtico privilegio” la presencia de Almudena Grandes en Azuqueca. “Nuestra biblioteca lleva el nombre de Almudena porque así lo quisieron las personas vinculadas al mundo de la cultura, como agradecimiento por su vínculo con el municipio a través de los Clubes de Lectura y de la Biblioteca”, recordó el primer edil.

Por su parte, Emilio Alvarado, concejal de Cultural, destacó la “doble faceta” de Grandes, “la de gran escritora y novelista y la de intelectual”. “Ese segundo papel supone dar un paso más, ya que se trata de forjar la opinión pública y en estos momentos estamos muy necesitados de autores que defiendan valores como la justicia y la solidaridad”, señaló Alvarado, para quien los encuentros de los autores con sus lectores “son buenos, porque lo que acerca a ambos es bueno”.

'El corazón helado'Almudena Grandes habló con los lectores azudenses sobre su último libro, ‘El corazón helado’, que recorre la historia de España en el siglo XX a través de dos familias. La primera parte se desarrolla entre las vísperas de la proclamación de la Segunda República y la Transición y la otra mitad sucede en el presente inmediato, en seis meses del año 2005. “A mí me gusta decir que no es una novela sobre la historia –dijo la autora en Azuqueca-, sino sobre la memoria, que es lo que empieza cuando termina la historia”.